jueves, 11 de junio de 2009

memorias///pure pleasure

" Curiosamente el placer que me haya podido dar se dirigía siempre a convertirse en un acto tremendamente ególatra. Nunca he necesitado de imágenes, sonidos, recuerdos, fantasías o pensamientos externos a los confines de mi propio cuerpo. Han sido siempre momentos sublimes conmigo misma, colmados por un gran deseo de placer por y para mí. Este acto también se prolongaba a lo largo de una fina (y no obstante difusa) línea entre el placer como gozo propiamente dicho y el dolor. Sí, siempre me ha excitado bárbaramente la sensación de estar forzándome (un poco) a mí misma, aunque rápidamente esa incomodidad inicial se transformara en goce."

"La mirada en el espejo cobraba un destello salvaje, feroz, animal e impulsivo. En esos momentos de éxtasis me sentía muy poco ser humano y más bien un felino, digamos un tigre. Una tigresa que con su torpe pero firme zarpa explora infinitas veces los límites de su propio cuerpo pesado y elegante, deleitándose con su capacidad de producir unas dosis tan altas de ese sentimiento adictivo. De pronto la violencia, el placer, el dolor y la excitación se mezclan formando una extraña explosión y esa tigresa suelta los sonidos (o más bien rugidos) pertinentes y es entonces cuando entra en una fase de felicidad suprema, sublime, no pudiendo contener una sonrisa, a veces incluso una carcajada, y todo empieza a fluir y a flotar. Entra en un estado de relajación absoluta y poco a poco el reflejo de mi cuerpo va adquiriendo aspecto humano de vuelta..."

No hay comentarios:

Publicar un comentario