viernes, 12 de junio de 2009

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Estimado Lector,


Las "memorias" que he citado proceden de una prostituta con la que me he podido entrevistar. Es una mujer sumamente interesante para mí, ya que habla sin tapujos ni dobles morales a cerca de los temas que conciernen especialmente a las mujeres. Ella es inteligente, irreverente, seductora y natural. Ha explorado profesional y intelectualmente las posibilidades del cuerpo, sus límites y las capacidades de tocar, acariciar, besar, penetrar otros cuerpos. Ella mejor que yo sabe que las relaciones con los otros son un juego de distancias y proximidades. Y que el cuerpo de uno mismo en realidad también lo es. Uno puede sentir pudor ante sí o bien conocer casi todos los recovecos que tiene. Ella se ha enseñado a conocerse, a disfrutar de su sexualidad, a mirarse y encontrarse bonita pese a algunos defectos, a sonreír con todo su cuerpo. Y me ha confesado que decidió hacerse prostituta por una cuestión de altruismo. Supongo que sus clientes tienen bastante que aprender de ella y ella aprenderá con cada uno de los clientes nuevos juegos de distancias, por que ella no quiere dejar de aprender de nadie.


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